En estos días en los que el Tour de Francia copa la actualidad ciclista, recordar la figura del mítico Jacques Eugene Ernest Anquetil es casi obligado, al ser el primer pentaganador de la ‘grande boucle’, gracias a sus sensacionales dotes de contrarrelojista, lo que le valió el sobrenombre de ‘Monsieur Chrono’, y a su habilidad la renta conseguida en las cronometradas ante los ataques de los escaladores, por lo que se le conoció como ‘Maître Jacques’.
Portada de Miroir du Sprint antes de su primera tentativa. Pinterest |
Dado que fue hace escasos días -el pasado jueves, 29 de
junio- cuando se cumplieron 67 años de su récord, nos lleva a tener este
recuerdo con el normando, aunque superar la marca del ‘campionissimo’ no
fuese tan fácil como pensaba. De hecho, no fue hasta el tercer intento cuando
lo consiguió.
La primera vez que lo intentó fue a finales de 1955, el 22
de octubre, y como no podía ser de otra manera en aquellos tiempos, en el mítico
Velódromo Vigorelli de Milán. Una salida rápida que auguraba lo mejor, pero
que le llevó a perder comba y a quedarse lejos, a 623 metros, del récord de
Coppi (45,225 km.).
No cejó en su empeño, y a comienzos del verano siguiente
lo afrontó por segunda vez, en el mismo escenario. Y como en la tentativa
anterior, salió demasiado rápido, pulverizando los parciales del transalpino,
pero acusando un cansancio que le llevaría a abandonar a los 54 minutos,
cuando comenzó a ceder y vio que no sería posible obtener el récord… ese
día, ya que estaba claro que no tardaría en caer.
Tal y como cuenta Paul Fournel en su magnífico ‘La soledad de Anquetil’, el francés se obsesionó en tener unas condiciones lo más parecidas a las que tuvo Coppi, a pesar de que el italiano lo hizo con una absoluta precariedad. Por ejemplo, no quería tantos sacos de arena en la pista -los antecedentes de las actuales almohadillas para evitar que rodase por debajo de la línea- y reclamó una bicicleta lo más parecida posible a la de su ‘rival’. Bianchi, el constructor italiano, se ofreció a ello, pero Anquetil tenía contrato con La Perle, que le construyó una idéntica en los escasos cuatro días que mediaron entre los dos intentos.
No le duró mucho a Anquetil su récord. Apenas tres meses
más tarde, otro excelente rodador como Ercole Baldini lo llevaba hasta los 46,393
km., y en las dos temporadas siguientes su archirrival Roger Rivière lo
batía por dos veces, para situarlo en 47,346 km. El normando siempre tuvo
en su cabeza volver a meterse en un velódromo para recuperar una marca acorde con
su prestigio de ‘Monsieur Chrono’, pero no fue hasta 1967, al término de una
temporada no demasiado exitosa, cuando volvió a intentarlo.
Y aunque lo batió holgadamente el 27 de septiembre, con 47,493 kilómetros, 147 metros más que el precedente, el récord no sólo no fue homologado, sino que sembró serias dudas sobre ‘Maître Jacques’.
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