Finucane, reina a los veinte años. Foto: British Cycling |
Países Bajos, por su parte, no sólo ha
recuperado la primacía en la velocidad ante la amenaza australiana,
con Harrie Lavreysen reinando por quinto año en la individual y Jeffrey
Hoogland, en el kilóemtro, sino que se hacía con el triunfo en una madison
con Jan Willem Van Schip y Yoeri Havik, algo que jamás habían logrado en esta
disciplina, cuyo último gran resultado mundial fue una plata en el lejano
2007.
Primer título neerlandés en madison. Foto: Team NL |
Francia, lejos de la línea ascendente de 2022, pensando en 2024
En el capítulo negativo, sin duda habría que hablar de una
Francia que se va de vacío en lo que se refiere a ‘arco iris’, bajando del
tercer al duodécimo puesto del medallero, y sin continuar en la línea
ascendente mostrada el pasado año. Claro que los galos también se planteaban
este evento para terminar de realizar algunos ‘ajustes’ para darlo todo
dentro de un año en los Juegos. En cuanto a Italia, tampoco han tenido su
mejor Mundial, debido a los problemas físicos de algunos corredores… aunque el
‘Gannazzo’ de la persecución quedará como uno de los grandes momentos del
Mundial y capaz de borrar cualquier mal sabor de boca. En cuanto a
Alemania, por primera vez en muchos años se va sin medallas en el apartado
masculino, y sin poder refrendar nuevamente su dominio en el apartado de la
velocidad femenina con la ‘guinda’ de la individual.
Leitao, todo un recital. Foto: UCI Track |
En total, 17 naciones en el medallero, con España en
el puesto 14 gracias a la plata a últimas hora de Albert Torres en un
Mundial que sigue evidenciado los mismos graves problemas de nuestro país sin un
planteamiento global y con unas soluciones completamente erróneas.
Por lo demás, un Mundial que compartió fechas y
escenario con el paraciclismo y que, aunque se quiera vender por parte de
algunos como un paso más hacia la inclusión, no lo es en absoluto, ya que no se
volverá a repetir hasta el próximo SuperMundial, en septiembre de 2027 y con la
presencia también de la categoría junior. Es indiscutible que ha supuesto un
notable incremento de la visibilidad de los paraciclistas, y solo por eso
merece la pena, pero con unos horarios que dejaban mucho que desear, tanto
en el aspecto deportivo -y más para los propios paraciclistas que para los
élites, y sin entrar en las coincidencias con la carretera- como en el de difusión,
con una programación que en algunos momentos era el anti-climax.
Esperemos que en este aspecto se esfuercen más para realizar un programa mucho
más adecuado dentro de cuatro años.
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