El pasado viernes, el ciclista gaditano Juanjo Lobato decía adiós al profesionalismo, tras una carrera de 13 temporadas como profesional. Unos años que definía “como los mejores de su vida”, aunque después de haber padecido el Covid, “ya no me sentía igual. Y seguir por seguir…”, nos decía desde Andorra donde seguirá afincado -su mujer es andorrana- y vinculado con el ciclismo en distintos proyectos.
Dos fotos del Nacional de omnium de 2020: arriba celebrado la victoria y abajo, en lo más alto del podio. Fotos. Román Mendoza |
“En aquel momento tenía muchas ganas de hacer pista,
porque corrí como juvenil, y en cuanto se me presentó la oportunidad no la
desaproveché, aunque no me esperaba ese resultado. Desgraciadamente enseguida
llegó el Covid y se complicó todo. En esos momentos estaba decidido a compaginar
la pista y la carretera, pero no llegó a darse la oportunidad”.
Luego, con la llegada de Juan Martínez Oliver como
técnico “estuvimos hablando, pero a hacían falta los puntos para ir a las
pruebas internacionales. Incluso me planteé con mi preparador -el ex
seleccionador Salvador Cabeza de Vaca- ir a las pruebas de Portugal. Pero al
final no se concretó nada y sin un proyecto es difícil poder compatibilizarlo”.
Por ello, Lobato reconoce que “con la pista me queda una espinita, ha sido
una de las asignaturas pendientes de mi carrera”.
Ahora, en su faceta de preparador, no duda en “decirle a
los chavales que llevo que la pista es recomendable al cien por cien, por
lo que aprendes en rapidez, en colocación, en posición, en reflejos, en
desarrollar la potencia”.
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