Quintyn, en una foto de archivo |
Es cierto que Florian Grengbo, Rayan Helal y Sebastien
Vigier lograron el bronce en la velocidad por equipos, pero ni Helal ni Vigier
entraron siquiera en octavos en velocidad ni en las semifinales de keirin.
Más preocupante puede ser el caso de las féminas, que no
se clasificaron entre las ocho mejores en la prueba por equipos y ven
amenazada su presencia en los Juegos Olímpicos. Mathilde Gros pasó del
campeonato del mundo a la séptima plaza en velocidad, y a la sexta en la final
de keirin. En cuanto a Taky Marie Divine Kouame, no sólo no pudo repetir su
título en los 500 metros, sino que ni siquiera estuvo en la final, algo que
también pasó en la versión masculina del kilómetro.
Manuel Martínez contaba ayer en L’Equipe que el
coordinador olímpico, Florian Rousseau, ha tomado una serie de medidas, a
apenas siete meses de los Juegos. Por un lado, la invitación a Gérard Quintyn,
uno de los míticos entrenadores de la velocidad francesa que a sus 76 años no
tendrá una misión específica, pero “dada su experiencia olímpica y sus
conocimientos, pensé en él para que viniera y acompañara al personal, los
entrenadores y los velocistas”, cuenta Rousseau.
Ballanger, en una foto en Nueva Caledonia donde ha estado residiendo los últimos años |
Finalmente, también habrá novedades respecto a Vigier,
doble campeón de Europa en velocidad y keirin en 2022… y con un pobre
rendimiento esta última temporada. El velocista de la Isla de Francia no
mantiene mucho ‘feeling’ con Baugé y pidió entrenar directamente con Prudhomme,
algo que se ha aceptado Rousseau, dejando claro que Baugé tendrá la responsabilidad
colectiva.
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