Con la medalla de Munich. Foto: UEC |
Un sentimiento que no sólo ha llenado su carrera profesional, sino que ha transmitido a toda la selección azzurra, un ejemplo de compatibilidad entre las dos disciplinas y que se plasma, por ejemplo, en un Filippo Ganna a pesar de los cantos de sirena para que abandone los velódromos y que lo dejó muy claro: “Están las amistades, está el grupo. Lo hago porque disfruto”.
Pero volvemos a nuestro protagonista, que es el primero que
aparece por segunda vez en esta sección, después de que en 2021 se convirtiera en el primer ciclista abanderado italiano en unos Juegos Olímpicos. Una
justa recompensa a una carrera en la que se destaca su oro en Rio 2016,
tras un amargo debut cuatro años antes en Londres, y que continuó con el bronce
en Tokio. Ahora, en su cuarta participación aspira a una nueva medalla
en esta disciplina -sin descartar la madison donde también en un sólido
candidato por su experiencia y clase-. Con ello pondría la guinda a su carrera
como pistard, aunque recientemente ha confesado que quiere seguir un par de
años más en carretera, un periplo que inició como profesional en el ya lejano
2010 con el mítico Liquigas.
En Tokio. Foto: UCI Track |
Eso sí, se saltará el Europeo de Apeldoorn porque, aunque
es el ‘capitano’ de Italia, su presencia no es necesaria. Se irá con su
equipo al Tour Down Under y se quedará en las antípodas para afrontar la primera
manga de la Copa de las Naciones, en Adelaida. Luego un programa de
carretera que este año no pasa por el Giro de Italia -con un equipo orientado
hacia Geraint Thomas-, pero seguro que le servirá para llegar en el mejor
estado de forma a París.
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