Foto FFC |
“Siempre me dije que lo dejaría en los Juegos Olímpicos. Es
estúpido decirlo, pero el ciclismo no es una gran pasión para mí, aunque
tenga muchas condiciones. Tengo muchas ganas de participar en unos Juegos
Olímpicos en mi vida, pero como no soy un apasionado enorme, sé que no podré
hacer cuatro años de entrenamiento posteriormente para prepararme para Los
Ángeles".
De hecho, Ermenault, que corre en el equipo aficionado Bricquebec-Cotentin,
dejó el profesionalismo en 2019, con 24 años, “porque me aburría. No fui feliz en esos años”. Sin embargo, Francia no pudo clasificarse para Tokio, lo que
le llevó a iniciar una nueva experiencia como piloto de tándem, y con bastante
éxito: campeón paralímpico contrarreloj… pero sin poder subir al podio de la
persecución.
Por todo ello, antes de la retirada su objetivo es ganar una
medalla en un velódromo que es como su casa. “No vamos a los Juegos
Olímpicos a terminar en séptimo lugar”. Y con ello imitar a su padre, Philippe
Ermenault, aunque en este caso el listón está alto, ya que fue campeón olímpico
de persecución por equipos y subcampeón olímpico individual en los Juegos
Olímpicos de Atlanta. “Yo tenía seis meses cuando ganaron. Es increíble, no
tengo palabras porque es algo que quiero lograr y sé lo difícil que es",
para terminar reconociendo que la genética le ayudó mucho para estar donde
ahora se encuentra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario