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La campeona italiana daba las gracias por todos los
mensajes recibidos deseándole lo mejor para manifestar que “han sido dos
semanas difíciles, no lo voy a negar. Un torbellino de emociones. Del miedo
a la tristeza, de la rabia a la esperanza”, aunque manifestando que “la
única constante ha sido la determinación de volver a ponerme en pie, una vez
más. Llevará tiempo, paciencia y sacrificio. Pero gracias a la ayuda de
personas extraordinarias y al afecto que siento a mi alrededor, sé que puedo
hacerlo”.
La incógnita a día de hoy se llama París 2024, donde se planteaba que pudiera correr carretera y pista. “El sueño olímpico sigue ahí y arde con más fuerza que antes. Pero ahora, por desgracia, tengo más esperanzas que certezas”, para terminar diciendo que “vivo el presente concentrado en la recuperación. Lo peor ya ha pasado y ahora estoy convirtiendo la decepción y la rabia en fuerza”.
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