Por mucho que en Galapagar hubiera un ambiente moderadamente optimista sobre una posible reanudación del Nacional suspendido por la lluvia y las goteras; por mucho que existiese alguna posible alternativa para asumir ese día de competición que faltaba en el que cabían perfectamente las once pruebas pendientes; por mucho que me comentase un responsable federativo que había voluntad de terminarlo... el caso es que el pasado jueves conocíamos que el Campeonato de España de juniors y cadetes se daba por concluido definitivamente.
Un podio 'mudo'... pero que 'dice' mucho |
De verdad, ¿es tanto esfuerzo para ese organismo que representa
a todo el ciclismo español asumir, de forma extraordinaria, los costes de un
día de Campeonato que asciende a apenas varios miles de euros cuando el
superávit de los dos últimos ejercicios auditados ascendió a 280.000€ en 2021 y
a 227.000€ en 2022?
Pero con ser preocupante esa decisión, lo es más si se
compara con lo que se exige a los ciclistas juniors y cadetes por participar en
el Campeonato de España, el tener que acudir a varias pruebas de la Copa de
España, con el coste económico que conlleva, que en algunos casos asumen sus
Autonómicas, pero en otros ha salido de sus propios bolsillos. Solamente
para no incurrir en este agravio comparativo -te exijo, pero no te correspondo-,
el Nacional debería rematarse, siendo la Española la que asumiese
excepcionalmente ese gasto. Otra cosa es que deba preocuparse también de
cara al horizonte de 2025, de mejorar los aspectos relativos a sedes, fechas y programas, por un lado, a la participación, por otro, y, por supuesto, a su comunicación y difusión.
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