Tengo un especial cariño hacia Dylan Bibic, ya que es uno
de esos corredores al que he visto brillar y evolucionar desde que era junior.
Por ejemplo, en el Campeonato del Mundo junior de El Cairo, en 2021, cuando
ganó tres medallas, una de cada color’: oro en puntuación, plata en ómnium y
bronce en madison. O en el Nacional canadiense de ese mismo año, donde se
llevó todos y cada uno de los diez títulos en juego.
Celebrando su victoria en el Mundial de 2022. Foto: UCI Track |
Ni que decir tiene que no soy sólo yo, que son muchos los
que se han fijado en sus enormes cualidades. Por ejemplo, el Israel-Premier
Tech, que le enroló en su plantilla cuando pasó a élite y es solo cuestión de
tiempo saber cuándo llegará al primer equipo, aunque también es verdad que
los resultados de carretera no son tan especiales como los de pista.
Mientras que llega ese momento, Bibic está concentrado en
su preparación olímpica. Canadá no ha anunciado aún las pruebas que hará cada corredor. Pero es de suponer que nuestro protagonista
compita en las tres de fondo, aunque es el ómnium la prueba en la que tiene
depositadas todas las miradas, especialmente después de haber ganado esta
prueba en la Copa de las Naciones de Adelaida, por delante de Elia Viviani y
Lindsay de Vylder, y haber sido cuarto en la de Milton.
Triunfo en la Champions... también en París. Foto: UTCL |
Y si Milton fue la pista que cambió su vida, no debemos olvidar tampoco lo que significa para él Saint-Quentin-en-Yvelines. No es sólo el velódromo donde se coronó campeón del mundo en 2022, sino que es el que más le gusta… y puede significar ese nuevo punto de inflexión en una carrera que se presume larga ya que en varias ocasiones ha manifestado que le gustaría completar cuatro ciclos olímpicos. Y este sólo es el primero.
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