Foto oficial en la página de su equipo y caricatura en su web |
Nacido,
pues, el 6 de junio de 1989 en Furudono, en la prefectura de Fukushima, 250 kilómetros al Norte de Tokio, y
desgraciadamente famosa por haber sufrido en 2011 el segundo mayor accidente
nuclear de la historia, tuvo en el fútbol, en la escuela primaria, y en el
baloncesto, en la secundaria, sus deportes favoritos, antes de decantarse
por el ciclismo, aunque en aquellos años no había muchos aficionados a este
deporte. Por ello en 2008 se matriculó en la Universidad de Nihon, una de
las que más importancia le daban al ciclismo, y desde ese momento fue compaginándolo
con los estudios, brillando desde joven tanto en carretera como en pista,
aunque tras acabar su periplo académico, comenzó a trabajar en la prefectura de
Wakayama.
Poco a poco, Kuboki pasó a ser uno de los más destacados pistards japoneses y en 2015 pasó a dedicarse en exclusiva al ciclismo de cara a los Juegos Olímpicos de Río, aunque el decimocuarto lugar en el ómnium no le satisfizo demasiado. Pero sí le convenció de que quería ser profesional y en los dos años siguientes se embarcó en una aventura europea en el Nippo-Vini Fantini.
Pero en ese tiempo el proyecto japonés de cara a Tokio comenzó a tomar forma y entendió que sería mejor regresar. Y desde 2018 milita en el Bridgestone, ese equipo comercial que complementa perfectamente la actividad de la selección nacional compitiendo en carretera.
El de Fukushima intervendrá en tres pruebas en París. Por un lado, en la persecución por equipos, con esa cuarteta de la que han desgajado a uno de sus integrantes habituales -Naoki Kojima- para dar entrada a Shinji Nakano de cara a sus opciones en el keirin, aunque ello les suponga poder tener una actuación al nivel del potencial que ya demostraron en la Copa de las Naciones de Hong Kong donde lograron la plata y establecieron un nuevo récord nacional con 3:48.127. Por otro, en la madison, junto a Eiya Hashimoto, con el que logró la plata en esa misma cita asiática, y sobre la que su compañero está convencido de que tienen opciones de medalla.
Este podio en Milton, su pasaporte a París. Foto: UCI Track |
Hay
otro detalle menos conocido en la biografía de Kuboki y es que en 2020 se
convirtió en la novena persona en aprobar en examen de selección especial para
ingresar en el Instituto Japonés de Keirin (JIK), licenciándose en la
promoción 119, y además, obteniendo su ‘ascenso’ a la clase S2 en octubre
2022, también de forma extraordinaria, como consecuencia de su medalla de plata
en el Mundial. Y aunque pueda parecer extraño que un fondista y habitual de
la carretera pueda lograr algún beneficio -aparte del económico- con una
disciplina tan especializada como el keirin japonés, “me ha servido para perfeccionar mi habilidad y ponerme en
situaciones tensas en estas carreras de corta distancia”.
Un ciclista
que, por lo demás, es un líder para sus compañeros de selección –“me
gusta aconsejarles para ayudarles a desarrollar sus fortalezas”, y como el caso de otros destacados miembros de la selección nipona, contribuye como embajador de su localidad natal, a pasar de que Furudono sea una pequeña población de
menos de 5.000 habitantes. Eso sí, seguro que oiremos hablar de ella el próximo
mes de agosto.
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