Han pasado apenas tres años, pero se ha perdido en gran
parte la perspectiva de lo que significó en 2020 y 2021 el horror de la
pandemia de Covid-19 que, primero, obligó a un aplazamiento sin precedentes
de los Juegos Olímpicos, y segundo, obligó a celebrarlo bajo unas estrictas
normas sanitarias tras muchos meses de dudas.
El 24 de marzo de 2020 se comunicaba oficialmente la
suspensión de Tokio 2020 y poco después se anunciaba su celebración justo
un año después, sin cambiar el guarismo simbólico ni la imagen, a pesar del
aplazamiento. En ese tiempo, la mayor parte de los países pudieron
prepararse con calma para la nueva situación, principalmente vacunando a sus
atletas, pero en Japón se iba con mucho retraso por lo que se tuvieron que tomar
medidas muy drásticas como impedir la entrada en el país a extranjeros,
realizar la mayor parte de las competiciones a puerta cerrada, e incluso
controles exhaustivos de todos los participantes y demás familia olímpica
con PCRs o tests de antígenos casi diarios… y aislamiento total para quien
resultase afectado.
Aun así, los Juegos se pudieron disputar con ‘relativa’
normalidad en lo deportivo, con 206 países y 11.319 deportistas presentes,
destacando a la nadadora australiana Emma McKeon, con siete medallas, o los
récords, aunque tengan mucho de anécdota, de la esgrimista Nino Salokvadze, que
participaba en sus novenos Juegos Olímpicos, o de la jinete de doma Isabell
Werth, que lograba su sexta medalla de oro en su sexta olimpiada consecutiva.
En lo que se refiere al ciclismo en pista, los Juegos
resultaron espectaculares. Por aquello de controlar el gasto, no se
construyó un nuevo velódromo en Tokio, sino que se recurrió al que tenía la Escuela Japonesa de keirin en Izu a 100 kilómetros al sudoeste de la capital, que
resultó un escenario rapidísimo, en especial en la persecución por equipos,
tanto masculina como femenina. Y además se permitió acceso de público al no estar vigentes las restricciones de Tokio. En cuanto al programa, destacar la inclusión
de madison, la masculina recuperada después de su desaparición en 2012 y la
femenina, por primera vez en unos Juegos, con un total de doce competiciones,
seis de cada sexo.
Gran Bretaña volvió a ser la triunfadora en el medallero,
con tres oros, tres platas y un bronce, pero lejos de la tiranía ejercida en
las tres ediciones anteriores, y además con Países Bajos muy cerca, por su
dominio en las pruebas de velocidad (3, 1 y 2), y con hasta ocho naciones
subiendo a lo más alto del podio. España no estuvo en ese medallero, en unos
Juegos en los que intervino con dos ciclistas, los mismos que repetirán en
París: Albert Torres, décimo en el omnium, y Sebastián Mora, que acompañó al
menorquín en la madison, donde terminaron sextos.
Como decíamos, el éxito de la selección neerlandesa se
plasmó en las pruebas de velocidad, ratificando el poderío que ejercían en
aquellos años en Mundiales y Europeos… y que perdura hasta hoy. Por cierto, una de las anécdotas de los Juegos fue la persistencia de Matthijs Buchli por subir al podio, aunque la normativa limitaba a los tres ciclistas de la final. Tras ganar la
velocidad por equipos, dos de sus integrantes, Harrie Lavreysen y Jeffrey
Hoogland se hacían con el oro y la plata en la individual, donde fueron muy
superiores al resto.
Claro que mucho más espectacular fue el triunfo de Jason
Kenny en el keirin, lo que suponía que el británico alcanzase el olimpo de
ser el ciclista más laureado de la historia en unos Juegos, superando a su
amigo y compañero Chrís Hoy: siete oros y dos platas en cuatro ediciones. Ser
quien seguía la estela de la derny le supuso una ventaja inesperada cuando la
vigilancia de los de detrás al salir la moto de la pista significó un parón y
un hueco favorable a Kenny que vio una oportunidad histórica para lanzar
desde muy lejos el sprint. Y no perdonó. A Azizulhasni Awang y a Lavreysen
les quedó la recompensa menor de las medallas; a Matthew Glaetzer, el principal
autor del despiste, el quedarse fuera del podio.
Los ‘oranje’ consiguieron una medalla de oro más en el
keirin femenino, de forma más inesperada con Shane Braspennickx, como
también lo fue la de la canadiense Kelsey Mitchell en la velocidad, aunque
no la de China en la última velocidad por equipos disputada por parejas, ya que
habían ganado en 2016 y 2016, y en esta ocasión, con Tianshi Zhong y Shanju
Bao, remataron con un último récord del mundo, 31.804.
Pasando a las pruebas de fondo, Alemania obtuvo un
inesperado pero justísimo triunfo en la persecución por equipos, donde Lisa
Brennauer llevó a sus compañeras Mieke Kröger, Lisa Klein y Franziska Brausse- a
lo más alto, con un tiempo extraordinario, 4:04.242, ‘de hombres’ -sin ningún
ánimo peyorativo o discriminatorio-, que marcaba una sucesión de récords de
todas las selecciones que tomaron parte. Un triunfo que, en cierto modo,
palió la decepción de no lograr un oro en las pruebas ‘cortas’ donde las
alemanas eran las grandes favoritas.
Sin embargo, en hombres esas plusmarcas fueron aún más
impresionantes si cabe, con una final que perdurará mucho tiempo en muestras
retinas y en la que un fenomenal Filippo Ganna daba la victoria a Italia -con
Francesco Lamon, Simone Consonni y Jonathan Milan de compañeros- en las últimas
vueltas y con la guinda de un estratosférico 3:42.032. Un torneo muy
accidentado para Gran Bretaña -lejos del potencial de Olimpicadas pasadas-,
Australia o Nueva Zelanda, pero más triste quizá para Dinamarca, cuya plata,
con un 3:42.198, posiblemente fue mucho más amarga que los puestos inferiores
de sus rivales.
Los nórdicos se tomaron la revancha en una madison donde
Michael Morkov y el entonces llamado Lasse Norman Hansen ratificaron ser una de
las mejores parejas de la historia, mientras que para Gran Bretaña, plata
en la americana, la revancha llegaba tanto en el ómnium masculino, con el
solidísimo Mathew Walls, acompañado en el podio por Campbell Stewart -que no
era quien iba a competir, pero la caída de Aaron Gate en la persecución le dio
esta oportunidad- y del mítico Elia Viviani, como en la madison femenina,
donde Katie Archibald y Laura Kenny se hacían con el oro, justo el mismo
día que el marido de la segunda remataba su leyenda olímpica, y ella alcanzaba
la gloria de ser la deportista olímpica británica más exitosa, con cinco oros y
una plata… que ya no podrá superar debido a su reciente retirada.
Y terminamos el repaso de estos Juegos con la contundente victoria
de Jennifer Valente en el ómnium, en lo que también fue su segunda medalla
olímpica junto al bronce logrado por la cuarteta de Estados Unidos.
Por lo demás, recordar que Tokio se impuso claramente en
la votación para ser el escenario de los Juegos a Estambul y a Madrid, en
la que ha sido hasta el momento la última intentona de la capital española por
ser sede de unos Juegos.
Fuentes: Olympics.org, Olympedia y Wikipedia.
Fotos- Logotipo oficial
- Velódromo de Izu. Foto: Tokio 2020
- Mora y Torres en la madision. Foto: PhotoGomez Sport/Fed. Española
- Los cuatro velocistas neerlandeses en el podio. Foto: UCI Track
- Alegría de las alemanas. Foto: UCI Track
- Increible el desenlace de la persecución masculina. Foto: UCI Track
- Los Kenny, haciendo historia en el olimpismo. Foto: British Cycling
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