A pesar de que decir ciclismo en Colombia es asociar este deporte a sus escarabajos, de los que Nairo Quintana y Egan Bernal han sido la máxima expresión en estos últimos años, la máxima esperanza en París, aparte de la sempiterna Mariana Pajón en el BMX, procede de la pista, de Kevin Santiago Quintero, en concreto en la modalidad de keirin, en la que es el vigente campeón del mundo, el hombre que porta el inconfundible ‘arco iris’.
Celebrando su triunfo en Glasgow. UCI Track |
Quintero estará en sus segundos Juegos Olímpicos gracias, en primera instancia, a su abuela,
que le llevaba cuando era niño a sus clases de natación, pero fue quien atendió
a su petición de que prefería montar en bici. O al técnico Humberto Velasco,
de Palmira, que le aconsejó a que probara con el ciclismo en pista cuando vio que el de carretera no se
adaptaba a sus condiciones, y decidió ir todas las semanas a entrenar al
velódromo Alcides Nieto Patiño de Cali, a 30 km. de su casa que tenía que
cubrir en bicicleta. Pero, sobre todo, al técnico colombiano John Jaime González, uno de los grandes
maestros de la velocidad a nivel mundial, que le dio toda su confianza cuando
decidió mudarse a Medellín, donde la selección colombiana tiene toda su
infraestructura, y en donde comenzó a sobresalir en el keirin.
Con el 'Profe' Jaime. Foto: Fed. Colombiana |
Pero la admiración es mutua. “Es un muchacho que tiene una capacidad retentiva muy grande, no hay que
repetirle las cosas. Él siempre está ayudando a otros corredores,
llevándolos poco a poco, dándoles la mano. Es
muy buen compañero, trata muy bien los juveniles”, dice González, que añade:
“Kevin es un muchacho disciplinado, calculador. Él investiga, pregunta, siempre quiere saber el porqué, es el analista
de las carreras pre y post… y eso es algo que me ayuda mucho como técnico”.
Pero, sobre todo, no es sólo una cuestión personal; esa
medalla olímpica significaría mucho para Colombia. “A nosotros en el ciclismo de pista nos está haciendo falta una medalla
olímpica y estamos trabajando para conseguirla. En Tokio pensamos que se
nos iba a dar, pero con todo el tema pandémico, de estar Kevin solo, entre
otras, nos impidió conseguirlo. Pero el sueño olímpico sigue vivo. Hoy él es campeón del mundo, en una prueba
espectacular y es momento de seguir con esa trayectoria”.
Y como dice el propio corredor, “no correrás un Tour de Francia, pero te va a volver campeón del mundo
y olímpico”. Lo primero, ya lo ha logrado.
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