Si por algo se recordarán los Juegos Olímpicos de Tokio es por la cantidad de récord del mundo que cayeron en la persecución por equipos, hasta dejarlos en unas estratosféricas marcas de 3:42.032 para la ‘squadra azzurra’ masculina y de 4:04.242 para las féminas de Alemania. Plusmarcas a las que nadie se ha acercado en estos últimos tres años, a diferencias de ciclos olímpicos anteriores en los que sí era común establecer marcas en esos años intermedios. China estableció un poster récord en la velocidad por equipos femenina de dos corredoras, pero la marca masculina de Países Bajos, registrada un año antes en el Mundial de Berlín (41.225) no se vio amenazada (41.369).
Fachada del velódromo. Foto: UCI Track |
Gran Bretaña, candidata a récord. Instagram Team GB |
El segundo grupo es el de la velocidad por equipos. En féminas es una distancia que no lleva mucho tiempo por lo que tiene mucho margen de mejora. No hay que olvidar que China batió recientemente en récord en un entrenamiento (45.487) y que debe caer en un evento de tanto nivel. También se espera que el masculino antes referido pueda ser batido. La pregunta del millón es si por Países Bajos o por Australia, cuya plusmarca es 41.600.
Finalmente está la persecución por equipos, una prueba que, por su duración, es más sensible a las condiciones de la presión atmosférica. Pero hay otro detalle que se debe tener en cuenta: la longitud de las rectas. Cuanto más ‘redondo’ sea un velódromo, más rápido resulta para este tipo de pruebas, porque permite mantener mejor la velocidad y la composición de la cuarteta, sin que haya cambios de ritmo en la entrada en los peraltes. Y el de Saint-Quentin-en-Yvelines es idóneo en este sentido.
Hay otro factor, el material y en concreto sus cualidades aerodinámicas, en el que no vamos a entrar, pero es obvio que Gran Bretaña, Francia, Italia, Dinamarca, Japón y otros candidatos han realizado un gran trabajo este apartado.
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