Lavreysen, abanderado neerlandés en la clausura. X Team NL |
Y es que ese empuje de sus individualidades más destacadas ha llevado también a Nueva Zelanda al
segundo lugar, con especial mérito de Ellesse Andrews con sus dos oros y la
plata de la velocidad por equipos, junto al segundo lugar de la cuarteta
femenina y el tercero de Ally Wollaston en el ómnium, sin que los hombres se
estrenaran. Un podio que completaba
Estados Unidos con sus dos títulos femeninos, el de Jennifer Valente en
ómnium y el de su cuarteta femenina, en la que también estaba la californiana
presente.
Pero Gran Bretaña no puede -no debe- mostrarse insatisfecha de su balance, ya que ha sido la selección más laureada, con más medallas que nadie, 8 (1, 3 y 4), y la única que ha pisado el podio en las cuatro pruebas por equipos, aunque solamente subiera a lo más alto con la velocidad femenina. Y es que, brillando en estas pruebas, el futuro está garantizado, aunque no acompañe por una vez el medallero.
Australia también reverdece viejos laureles, al recuperar el trono en la persecución por equipos masculina que no tenía desde 2004 y con un récord del mundo de lucho valor -y que quizá haya pasado desapercibido porque no hubo la lluvia de plusmarcas que en Izu-, y un excelente nivel en la velocidad masculina, donde están llamados a ser los protagonistas en los próximos años. Eso sí, la faceta femenina ha estado muy por debajo y resulta inexplicable que no traigan una segunda velocista -que la tienen- para alinear a una fondista del montón.
Alegría desbordada en el podio. X UCI Track |
Italia no ha estado
al excelente nivel de Izu, sin que la persecución femenina aprovechase una
gran oportunidad en París, y la masculina se tuviera que conformar con el
bronce, aunque sus dos madison lo
bordaron, ellas con el oro y ellos con la plata.
Claro que, en
efectividad, nos quedamos con Portugal, ya que subieron al podio en dos de las
tres pruebas en las que participaron, con ese sensacional oro en la madison
y la plata en el omnium. Y siempre adornando sus actuaciones con la
espectacularidad. Una vez más, un espejo
donde mirarse al que rechazamos inexplicablemente.
Tripletes como el del BMX tapan cualquier mal resultado nn el velódromo. Y más si eres el mejor en el medallero conjunto. Foto: FFC |
España, sin medallas, no sólo por la mala suerte
Por primera vez desde 2012, el ciclismo español no obtiene ninguna medalla, esas que se lograron gracias en los Juegos anteriores gracias al coraje de individualidades como Carlos Coloma y David Valero. En este caso, tres diplomas, de los que dos se obtuvieron en Saint-Quentin-en-Yvelines, y sobre los que se ha dicho es que fue la mala suerte privó a nuestros pistards de lograr un mejor resultado, incluso de estar en el podio. Obviamente no es falso, pero es una valoración tan incompleta como sesgada: en el ómnium, si se hubiera reclamado de forma inmediata la irregular acción del canadiense Dylan Bibic cuando fue eliminado Albert Torres otro gallo nos podría haber cantado.
Un relevo de los españoles en la madison. Foto: Sprint Cycling Agency /Fed. Española |
Y justo cuando se está discutiendo sobre el desempeño
general de España en los Juegos, y surgen los habituales puntos de vista
contrapuestos entre el COE y el CSD, sobre el dinero o el protagonismo que
deben tener, lo que está claro es que, en definitiva, la responsabilidad es de las federaciones. Y hay algunas que deberían
afrontar un profundo cambio en lo técnico porque su esquema vigente no vale;
solo funciona por la inercia y por las individualidades. Y no es sólo por
este balance de los Juegos, que para muchos es el objetivo que lo tapa todo,
sino en el desempeño pormenorizado de
todas las categorías, de todas las actividades en todo el ciclo olímpico, que
es donde realmente se ven las carencias del ciclismo nacional, especialmente
el de pista que es el que nos atañe.
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