Segundo título olímpico para Países Bajos con doble récord del mundo

Países Bajos: doble récord del mundo. Foto: UCI Track

No sabemos si este habrá sido el último gran evento de Roy Van den Berg, Harrie Lavreysen y Jeffrey Hoogland. Pero si lo ha sido, el remate es excelente: campeones olímpicos por segunda vez y consiguiendo un doble récord del mundo, lo que no habían hecho en Tokio: el segundo, el que vale, bajando por primera vez en la historia de los 41 segundos, 40.949. En la final batían a Gran Bretaña (Ed Lowe, Hamish Turnbull y Jack Carlin), con el bronce para Australia (Matthew Glaetzer, Leigh Hoffmann y Matt Richardson).

Después de establecer ayer una plusmarca olímpica y quedarse a muy poco de la mundial, el trío neerlandés no contemporizó y en la primera ronda marcaba el primero de sus récords de la tarde, con 41.191. Más que nada, una advertencia de que estaban mejor que nunca.

En esta misma ronda, Gran Bretaña ratificaba su condición de finalista (41.819), después de que Australia no terminase de ofrecer su mayor nivel (42.336) y quedara relegada a la lucha por el bronce, ante una Francia (Florian Grengbo, Sebastien Vigier y Rayan Helal que superaba por poco (42.376 a 42,569) a Japón (Yoshitaku Nagasako, Kaiya Ota y Yuta Obara), lastrada por una salida complicada en la que le resbaló la rueda al arrancador japonés.

Podio de la velocidad por equipos. Foto: UCI Track

Con este panorama estaba clara la condición de favorita de la tripleta neerlandesa, que ratificó en la final ante los británicos, que detenían el crono casi un segundo más tarde que sus rivales, 40.949 a 41.814. La mayor sorpresa estuvo en Australia, que vistos los problemas de Glaetzer para seguir a sus compañeros, le colocó de arrancador improvisado, por delante de Hoffmann y de Richardson para asegurar en la final B ante Francia (41.597 a 41.933), con el resultado deseado de hacerse con el bronce.

"Estábamos preparados. Lograr esto como equipo es increíble", decía Van den Berg, con Lavreysen añadiendo que “cuando crucé la meta después de dos vueltas y vi que la marca era la mejor de nosotros dos, sabía que Jef (Hoogland) podía conseguirlo y que iba a ser una locura. Y cuando vi el tiempo de menos de 41 segundos…”. "Fue increíble, fue como una carrera en casa -añadía Hoogland- con tantos compatriotas en casa. La pista es muy buena, cálida y rápida, todo era perfecto. Pero bajar de los 41 segundos es increíble".

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