Una prueba de fondo en el último Mundial. Foto: Fed.Española |
Ya hemos escrito anteriormente sobre la injusticia que
supone tener una cuota total para todo el ciclismo y que luego se reparta entre
carretera y pista, con algunos corredores que pueden competir en ambos
escenarios, pero con otros que, por su clase o por sus condiciones, deben optar
por una u otra, limitando la participación. O por esa incongruencia llamada
factorización que, en base a un incomprensible número máximo de medallas
establecido por el CPI, impide que los ciclistas compitan exclusivamente con sus
rivales habituales y tengan que medirse a otros, de una clase diferente, reconvertidos
por un coeficiente incomprensiblemente desconocido en su génesis y aplicación.
¿Y qué futuro les espera a las cronometradas?. Foto: UCI Paracycling |
Hay muchos rumores, y más estos días, que hablan de una reforma
profunda de las competiciones en el paraciclismo y el ciclismo paralímpico
-que no son la misma cosa, obviamente, por mucho que se empeñen en la Española-.
Está claro que las pruebas de pelotón van a cobrar más protagonismo, pero
las cronometradas no deben, no pueden, quedar relegadas. Y todo ello,
intentando convencer al CPI que una buena solución no pasa por mantener
exclusivamente 17 juegos de medallas para la pista.
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