El próximo sábado, 19 de octubre, se disputarán por última vez en un Mundial -y en una gran competición- dos pruebas ciclistas femeninas de gran tradición y que llegaron a ser olímpicas. Pero no es un adiós definitivo, sino simplemente un cambio en su formato con el fin de adaptarse a las masculinas.
Nos estamos refiriendo a los 500 metros y a la
persecución femenina sobre 3.000 metros, que a partir del 1 de enero se
disputarán sobre las mismas distancias masculinas, es decir, kilómetro y
4.000 metros.
Burton, doce medallas en persecución, a la izquierda (Wikipedia); Meares, nueve en los 500 metros, a la derecha (Australian Olympic). |
Curiosamente las dos pruebas se despedirán el mismo día, en la penúltima jornada de los Campeonatos, dejando una trayectoria diferente. En
el caso de la persecución, se trata de una de las dos pruebas más antiguas
-junto a la velocidad- ya que fue instaurada en 1958, con un palmarés en el
que se destacan la soviética Tamara Garkuchina y la estadounidense Rebecca
Twigg, con seis oros (y una plata) cada una de ellas, si bien la británica
Beryl Burton tiene un total de 12 metales solo en esta prueba, uno más que la
neerlandesa Keetie van Oosten-Hage.
Por su parte, los 500 metros, comenzaron a disputarse en 1995 y en el palmarés destacan la francesa Felicia Ballanger, ganadora de las primeras cinco ediciones consecutivas, la bielorrusa Natalia Tsylinskaya, con el mismo número de ‘arco iris’ y una plata más, y la australiana Anna Meares, que se quedó en cuatro, pero añadiendo cinco platas más, con un total de nueve metales.
También se despide el scratch en su distancia masculina
de 15 km. -60 vueltas en un velódromo de 250 metros- para equipararse a los 10 km. de las mujeres, a partir también
del primer día de 2025. Una prueba que se incluyó tanto en el programa masculino como
en el femenino en 2002. El suizo Franco Marvulli, el danés Alex Rasmussen y
el bielorruso Yauheni Karaliok, con dos triunfos cada uno, encabezan el
palmarés de la prueba, en donde también encontramos el nombre de Sebastián Mora.
No obstante, hay dos pruebas -tres si contamos la tempo en el omnium- en las que sigue habiendo un desequilibrio entre sexos y sobre las que ya han surgido voces pidiendo una equiparación y a las que nos referiremos en breve: madison y puntuación.
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