Mora, séptimo en ómnium, y Escalera, récord nacional, protagonistas españoles en una jornada de sorpresas y emociones en el Mundial

Sebastián Mora no pudo terminar el Mundial de Ballerup siendo protagonista en el ómnium, en el que terminó en séptimo lugar, en una jornada en la que Izzy Escalera batió el récord nacional de los 3.000 metros. Fue un día de sorpresas y emociones: en el primer caso, la victoria de Anna Morris sobre Chloe Dygert, después de que la norteamericana hubiera batido el récord del mundo, o la de Yana Burlakova en los 500 metros; en el segundo, el triunfo de las danesas Amalie Didericksen y Julie Norman Leth en la madison o el del propio Lindsay De Vylder en el ómnium.

Mora, en el omnium. Sprint Cycling Agency/Burgos BH

El español no comenzó bien en el ómnium, donde siete corredores entraban con una leve diferencia en el scratch, con victoria de Yanne Dorembos por delante de Simone Consonni y con Mora en el puesto 14 que le supondría un lastre para toda la competición. El francés Oscar Nilsson-Julien se llevaba la tempo, por delante del neerlandés, que reforzaba su liderato, en una prueba en la que los seis primeros ganaron el ‘bonus’ entre ellos Ethan Hayter, De Vylder o Consonni, y en donde Mora rodó en solitario la seis últimas vueltas lo que le supuso seis puntos, pero sin poder ganar una vuelta que le hubiera dado la victoria parcial. En todo caso, una séptima plaza que le permitía una ligera mejora.

La eliminación se saldó con la victoria de Hayter sobre Rui Oliveira, Consonni y Darenbos, con Mora en el sexto lugar, lo que no le permitía subir demasiadas posiciones, undécimo: De cara a la puntuación, el neerlandés seguía firme, con 112 puntos, por delante del italiano, con 104, y británico y portugués, con 94. Al castellonense, con 72 puntos, no le quedaba otra que lanzar un par de golpes contundentes o ser como un martillo pilón, haciendo daño con pequeños pero continuos ataques.

De Vylder no pudo contener las lágrimas. Foto: UCI Track

Lo malo es que había muchos candidatos por delante de él. Primero se destacó Oliveira, luego Nilsson-Julien, pero el más pertinaz fue un De Vylder que ganaría hasta tres vueltas lo que le serviría para llevarse el triunfo, con 150 puntos. Mora sería de los que ganasen dos, pero ello no le permitió acceder a las posiciones de podio, con un final en el que volvió a dar la cara, pero fueron otros los que más se beneficiarían. Por ejemplo, un Consonni que se distanció para terminar segundo. Y sobre todo un Dorenboos que fue el único que no ganó ninguna vuelta, que apenas puntuó, aunque tuvo presencia en toda la puntuación, pero con el tercer puesto en el último sprint se hacía con el bronce, con un punto sobre Nilsson-Julien, tres sobre Hayter y cuatro sobre Oliveira, con Mora quedándose en 117. Y decíamos antes que en esta prueba primó la emoción puesto que De Vylder se deshacía en lágrimas con la victoria tras lo que consideraba un fracaso en París.

Dygert, récord del mundo, pero sin victoria

Vistas las condiciones vividas ayer en la persecución masculina en el velódromo, era previsible que hoy pudiera haber un nuevo récord del mundo femenino. Y la máxima candidata era Chloe Dygert… como así lo confirmó: 3:15.663, superando los 3:16.937 que tenía desde el Mundial de Berlín en 2020.

Aunque Dygert terminó bastante contrariada, no dudó
en felicitar rápidamente a Morris. Foto UCI Track

En lo que hubo sorpresa fue en su rival, la británica Anna Morris, que marcaba otro excepcional registro, 3:17.656, en una prueba en la que no pudo salir por su enfermedad su compatriota Josie Knight, también llamada a luchar por las medallas.

Pero más sorpresa aún fue el resultado de la final en la que la norteamericana nunca pudo distanciar a la europea, que cogió la cabeza en el último kilómetro para llevarse el triunfo, 3:16.560 a 3:16.887.  

La serie por el bronce midió a una Bryony Botha que bajaba también de los 3:20 y la alemana Franziska Brauße, que se quedaba muy cerca, aunque los tiempos fueron peores en la final que registraba la victoria de la neozelandesa: 3:21.086 a 3:24.660.

Escalera, camino del récord. Foto: Fed. Española

Un récord nacional y una gran duda

También hubo récord de España, a cargo de Izzy Escalera, batiendo la plusmarca (que no era oficial) de Leire Olaberria de 3:33.489 desde 2013 en la altitud de Aguascalientes, o los 3:38.567 que ella misma tenía desde el Mundial de Glasgow como mejor registro oficial. La madrileña aprovechó las buenas condiciones del velódromo para establecer esa marca de 3:30.425 que quedará para la historia al ser la última conseguida sobre 3.000 metros… y seguir su progresión como persecucionista sobre los 4 kilómetros. El puesto, el duodécimo.

Por cierto, Izzy no estuvo en la cuarteta española el primer día. Alguien debería explicar el porqué.

Un velódromo entregado con las danesas

Sin duda, la prueba más emocionante de la tarde fue la madison femenina, que tuvo un epílogo increíble cuando Didericksen y Leth escuchaban el himno danés cantado ‘a capella’ por todo el velódromo. Y es que fueron unas justas vencedoras, al superar a las francesas Victoire Berteau-Marion Borras y a las británicas Katie Archibald-Neah Evans, con 46, 43 y 42 puntos, respectivamente.

Gran actuación de las danesas en casa. Foto: UCI Track

Como suele suceder en esta prueba, las primeras vueltas fueron de dominio británico en los sprints, aunque se vio que a Archibald le faltaba ‘un puntito’ para poder abrir más diferencias. El primer momento clave estuvo en el momento en que transcurridos dos tercios de carrera Francia, Países Bajos e Italia ganaban vuelta; el segundo, cuando lo conseguían también las danesas a falta de sólo 15 giros, por lo que pasaban a liderar, aunque sin poderse confiar.

Y es que el final, Dinamarca controló bien, pero el sprint victorioso de las británicas les sirvió para llevarse el bronce, que pudo ser la plata si las francesas no hubieran sido terceras en la llegada.

Una prueba que no terminaron las españolas Eva Anguela y Laura Rodríguez, dos corredoras que nunca habían competido juntas a esta nivel y que fueron víctimas de la escasa preparación que se realiza a nivel de la selección de esta disciplina. Comenzaron muy valientes, puntuando incluso en el primer sprint, pero como suele suceder, comenzar a perder metros se traduce en muchos esfuerzos para volver a cazar. Y eso se termina pagando.

Regreso victorioso de Burlakova

Finalmente, otra sorpresa en los 500 metros, en los que Burlakova en su regreso al Mundial se imponía (32.863) a las británicas Sophie Capewell (33.010) y Katy Marchant (33.119), dejando fuera del podio a Emma Finucane que, como Harrie Lavreysen, se quedará sin tener medallas en las cuatro disciplinas que tomaba parte.

Último podio de los 500 metros. Foto: UCI Track

Por la mañana la rusa había sido la más rápida (33.022), con una salida bestial, por delante de las tres británicas, en una serie clasificatoria que dejó fuera, entre otras, a Mathilde Gros, aunque no es la prueba de la francesa, a Kyra Lamberink o a Alessa-Catriona Pröpster. Pero por la tarde fue incluso mejor, para no verse amenazada. Y para sorpresa mayúscula, escuchar el himno de la Unión Europea, la Oda a la Alegría de Beethoven, cuando la rusa subió al podio.

Hoogland le da una lección a Yakovlev

La jornada se completó con la primera fase de la velocidad, con unos 200 metros, que tuvo como más rápido, como era de esperar, a Harrie Lavreysen (9.306), por delante de Mikhail Yakovlev (9.404), de Nicholas Paul (9.499) y de Leigh Hoffmann (9.505), un hombre que hasta hace poco era solamente el arrancador de Australia -y nada malo, por cierto- pero que está cogiendo rápidamente el liderato ‘aussie’.

Hasta octavos no hubo sorpresas, salvo la eliminación de Mateusz Rudyk, sexto tiempo, aunque a manos de otro gran especialista como Joseph Truman, que además está en un momento dulce. Pero en cuartos, Kaiya Ota, quinto, dejaba en dos asaltos fuera al mencionado Hoffmann, mientras que Jeffrey Hoogland, séptimo tiempo, sorprendía por dos veces a un Yakovlev que debe mejorar de forma urgente sus tácticas, con dos ataques de salida: el primero, en la manga inicial, puede ser una sorpresa; el segundo, en el desempate, un error imperdonable.

De esta forma, mañana semifinales Lavreysen-Ota y Hoogland-Paul.

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