Austral Wheelrace: así es la carrera más antigua y original del mundo


El velódromo DISC de Melbourne -uno de los dos de la ciudad- fue escenario el pasado sábado de la Quest Ivanhoe Austral Wheelrace, posiblemente la carrera más importante de Australia, aparte de ser la más antigua del mundo -cumplía 127 años-, y casi seguro que una de las más originales, ya que se disputa por el sistema de hándicap, por lo que no tiene reconocimiento internacional UCI… ni lo necesita, debido al interés que depara entre corredores y aficionados, ya que más de 1.500 se congregaron en el mismo. 

Blannin y Marcks, ganadores el pasado sábado de la 127ª edición. 
Foto: Con Chronis/AusCycling Track

Ya escribimos sobre la victoria de Noah Blannin y Claudia Marcks, pero entonces nos quedamos con las ganas de contar más historias sobre esta competición, que contó con la presencia de 90 corredores y 73 corredoras. Los primeros fueron agrupados en seis series clasificatorias y cinco las mujeres, con el objetivo de estar entre los cuatro mejores de cada una para pasar a la final.

La clave está en ese hándicap que se aplica a los corredores, y que no consta en ningún reglamento público, por lo que entendemos tiene buena dosis de subjetividad por parte de los organizadores. Tan sólo ciclistas de la talla de Liam Walsh, Graeme Frislie, Conor Leahy, Eiya Hashimoto, Maeve Plouffe o Tsuyaka Uchino fueron colocados sobre la línea de salida, es decir, ‘scratch’; el resto partían con una ventaja más o menos acusada, que llegó a ser de hasta 245 metros en el caso de algunos corredores, para una distancia total de 2.000 metros, y de 200 para las corredoras más favorecidas, en este caso de cara a completar los 1.500 metros.

A partir de ese momento, no hay mucho espacio para el juego táctico, aunque sí para dirimir entre las dos posibilidades básicas: salir a tope e impedir que te alcancen o para coger cuanto antes a los rivales que salieron antes, o no apretar a fondo para guardar fuerzas de cara a un sprint final. El caso es que no resulta fácil ganar, o simplemente clasificarse, o que se lo pregunten a Oliver Bleddyn, Frislie -vencedor en 2023- o Ceci Lee Sze Wing, que no pudieron entrar en la final.

Por las características de este evento, pueden destacar tanto fondistas como velocistas y la prueba es que, en los últimos años, encontramos en el palmarés a esprinters como Mark French, Ben Kersten, Shane Perkins o Jason Nibblet. Por el contrario, en la prueba femenina, que se disputa desde 2011, tan sólo hallamos a Caitlin Ward, en 2013, ya que cuando ganó Kristina Clonan aún era fondista.

Una de las ediciones del S. XIX Foto: AusCycling's Victorian History Archive.

Alianza con el Melbourne Cricket Ground

La prueba nació el 19 de noviembre de 1887 como consecuencia de la llegada de las nuevas bicicletas que relevaron a los engorrosos velocípedos, pero sobre todo de la alianza con el Melbourne Cricket Ground que les proporcionó una pista de césped de 440 yardas sobre la que se habilitó el circuito en el que las competiciones ciclistas fueron un éxito de participación y de público, con más de 30.000 personas. De esta forma, nació este nuevo ‘pique’, ya con el nombre de Austral Wheel Race, en una distancia de dos millas, y cuyo premio no fue un piano de cola como muchas veces se ha escrito sino un gabinete de nogal. En 1890 ya se establecieron los premios en metálico, en una prueba en la que el interés de los fabricantes de bicicletas fue decisivo, aunque hubo algunos problemas con las apuestas y las descalificaciones.

La I Guerra Mundial fue un mazazo para la prueba australiana, que no reapareció hasta 1923 y con un nuevo escenario, el Exhibition Oval, construido ex profeso para la prueba, aunque alguna edición tuvo lugar en el Motordrome, que no dejaba de ser un circuito casi redondo, diseñado para motos y con unos peraltes extremadamente inclinados adaptados a la velocidad de las motos y no de las bicicletas, en el que hubo varios fallecidos, sobre todo espectadores.  En estos años, el discurrir bastante irregular, ya que en el palmarés encontramos dos ediciones anuales, hasta tres en 1927, y un largo periodo -desde 1930 hasta 1936- sin celebrarse la prueba.

La histórica victoria de Patterson
Foto: AusCycling's Victorian History Archive.

La carrera se recuperó gracias a la iniciativa del promotor de ciclismo Jack Campbell de construir una pista al estilo europeo, de madera, para albergar la competición, el North Essendon Board Track, que fue la sede entre 1939 y 1957, con otro nuevo auge de la competición, antes de un nuevo cambio en 1958, cuando se trasladó al Olympic Park, escenario de los Juegos dos años antes. Allí se vivió uno de los grandes momentos históricos de la Austral Wheel Race con la victoria de Sid 'Patto' Patterson, uno de los héroes de los aficionados victorianos, pero que no pudo ganar hasta 1962, lastrado por salir ‘scratch’. De esta forma, se convertía en el primer corredor en hacerlo desde 1922 -y el quinto de la historia-.

En 1971 tocó cambiar de sede, por el cierre -y posterior demolición- del velódromo olímpico, algo que se conoció con poca antelación, y sin que existiera una alternativa al mismo nivel… salvo el velódromo del Club Ciclista de Brunswick, que contaba con un elemento clave, iluminación. Eso sí, en cuanto el Velódromo de Northcote instaló este elemento, la Austral Wheel Race cambió nuevamente de sede, ya que este parecía más adecuado, manteniéndose hasta el año 2000, aunque con algunas ediciones en ese periodo en el de Coburg. En esos años encontramos el protagonismo del ‘europeo’ Danny Clark, triple ganador y siempre desde cero (1977, 1986 y 1990), pero también de Stephen Pate, que tiene el récord de victorias con cuatro, en 1988, 1991, 1993 y 1999, dos años en ‘scratch’ y otros dos, incluso saliendo más atrás.

Los dos velódromos cubiertos de Melbourne

El siglo XXI supone una etapa distinta en la historia de nuestra prueba, ya que se comenzó a vender la idea de trasladarse por primera vez a un velódromo cubierto… y Melbourne en pocos años construyó dos. Primero, el conocido inicialmente como Vodafone Arena -sede de los Mundiales de 2004 y 2012-, y posteriormente bautizado Hisense Arena y ahora John Cain Arena, en el que el ciclismo no es su uso principal. Y posteriormente, en 2004, el Joe Ciavola, al que todo el mundo lo denomina DISC (Centro Deportivo Internacional Darebin), la instalación en la que se ubica -y que fue construido sobre el antiguo velódromo de Northcote-, y que tras cuatro ediciones entre 2011 y 2014, se ha convertido en la sede de las cinco últimas.

Edmonson, con su tercer y último trofeo. Foto: AusCycling

En estos últimos años tenemos las dobles victorias de Darren Young, ganador en 2002 y 2003 y en ambas desde cero, de Sam Gallagher, en 2018 y 2021, y de Kelland O’Brien, en 2019 y 2022, y en ambos casos ‘scratch’. Igualmente encontramos al japonés Minori Shinmura, único vencedor foráneo, al menos en la época reciente (2014), y al mencionado Frislie, que ganó el año pasado con un tiempo récord de 1:55.03, a una media de 62,59 km/h.

En el palmarés femenino, hay que mencionar a 'Netti' Edmonson, ganadora de las dos primeras ediciones (2011 y 2012) y posteriormente en 2015, y siempre saliendo ‘scracth’, por delante de Georgia Baker, doble vencedora en 2019 y 2023.

Casi toda la información histórica de este post está tomada de la web oficial de la Austral WheelRace, en una completa serie de Ray Bowles, en ocho interesantes capítulos.

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