Decir Koichi Nakano es decir keirin, ya que el mítico
corredor ha sido el que más ha hecho por esta disciplina nacida en Japón en
1948 para apoyar la reconstrucción moral y material de una nación herida de
muerte, y para distraer a los japoneses, más incluso por el lado de las
apuestas que por el deportivo, aunque al corredor de Kurume incidió en este
aspecto deportivo y contribuyó decisivamente a su difusión mundialista y olímpica.
Aunque curiosamente su mayor éxito no fue en el keirin, sino en la
velocidad, ganando el título mundial de forma ininterrumpida entre 1977 y 1986,
un récord que sigue siendo inigualable hasta el día de hoy -aunque Harrie Lavreysen ya lleva enganchados seis- sin entrar en valorar su valía absoluta en un momento en
que la pista se dividía de forma incomprensible entre profesionales y
aficionados.
De Nakano se ha escrito mucho -y no sólo en Japón-,
aunque no tengo noticia de que tuviera un libro dedicado en Occidente… hasta la
fecha. Bueno, en concreto hasta mediados de este mes de abril cuando se publique
‘Nakano. L'impero del keirin’, una publicación en la que Marco Ballestracci -autor
de numerosos libros con temática ciclista o deportiva- narra románticamente la
epopeya del keirin y su dimensión atlético-espiritual en los años en que
Japón se enfrentaba a la modernización de su cultura y sus tradiciones
milenarias. Una iniciativa de Pagine Alvento, con la que refuerza su
labor periodística con la editorial.
Y aunque a alguno le pueda retraer que esté en italiano, estoy seguro de que sus 190 páginas merecen la pena.
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