Alejandro Martínez, buscando el lanzamiento |
Pero donde cobra más
importancia es como preliminar del torneo de velocidad, con el fin de marcar
unos tiempos que determinan el ‘corte’ –actualmente en Mundiales o Copas del
Mundo, los 28 mejores tiempos- y los enfrentamientos en las distintas fases del
concurso.
Se trata de una
contrarreloj de 200 metros, desde la línea marcada como tal sobre la superficie del velódromo
hasta meta, después de que en las vueltas anteriores el ciclista haya rodado
progresivamente hasta alcanzar la máxima velocidad en ese tramo cronometrado. Lógicamente,
el número de vueltas totales depende de la longitud de la pista, según este
baremo reglamentario:
- Pista de 250 o menos: 3,5 vueltas
- Pista de 285,71: 3 vueltas
- Pista de 333,33; 2,5 vueltas
- Pista de 400 o más: 2 vueltas
La mecánica es sencilla: Los corredores van saliendo de forma escalonada, después de estar situados bien en contrameta -el caso más frecuente ya que se da en pistas de 250 o menos y de 333,33- o en meta, según veíamos, en relación con la duración de la prueba antes especificada.
Nicholas Paul, en el momento que se convirtió en recordman mundial |
En caso de igualdad
de tiempos, decide el mejor registro en los últimos 100 metros. Si se mantiene
la igualdad o dicho tiempo no puede ser determinado, se desempata por sorteo.
Al no ser una prueba
oficial, no hay campeones del Mundo, de Europa o de España, pero sí tenemos
unos increíbles records del mundo en la distancia que fueron batidos aprovechando la altitud del velódromo de Cochabamba, sede de los
Panamericanos 2019, por parte de Nicholas Paul (9.100) y Kelsey Mitchell (10.154) con
lo que se acababa con las antiguas plusmarcas de François Pervis y Kristina
Vogel, también en altitud, pero en Aguascalientes.
En cuanto a plusmarcas españolas, es una de las pruebas en la que hay una importante disparidad entre las mejores marcas realizadas y no homologadas y los récords oficiales.
Actualizado: octubre de 2023
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